Hermana, doy gracias a la vida, al azar, o a quien quiera que sea, por haberte puesto en mi vida.



Qué difícil es empezar a escribir cuando tienes tantas cosas que decir.

Sinceramente, yo no recuerdo si te pedí en alguna carta a los Reyes Magos, en un deseo a cualquier estrella fugaz o en algún arrebato de llorera por soledad, no sé si fuiste cosa del destino, de un trébol de cuatro hojas, si formas parte de una pestaña soplada o simplemente eres un milagro. 

Que si intento buscarte defectos, no los encuentro. No es que seas mi hermana, es que rozas verdaderamente la perfección.

Me sorprendes constantemente superándote a cada reto, aceptando cada batalla y agarrando con fuerza cualquier oportunidad que se te presenta. Tienes un mundo entero a tus pies, sólo tienes que escoger en qué parte del mundo echar a volar.

Gracias por enseñarme lo que sacándote unos años aún no he aprendido.
Gracias por aportar tranquilidad a mi vida y por darme tanto a lo largo de ella. Gracias por ser la persona a la que me quiero parecer. 

Tú, pequeña renacuaja, apareciste en mi vida para demostrarme que los hermanos pequeños a veces tienen mucho más que enseñar que los hermanos mayores.
Y es que si tú al principio creías que yo era la profesora, estabas equivocada, en realidad eres tú quien tiene mucho más que enseñarme.

Que a pesar de la distancia, a pesar de no decírtelo continuamente, a pesar de no poder ser partícipe físicamente de muchos momentos de los que me gustaría formar parte, estoy aquí. Siempre voy a estar aquí para ti, en cualquier momento, en cualquier circunstancia.

Porque contigo he conocido lo que es la felicidad, lo que es la emoción al correr de cama en cama, lo que es el remordimiento por no dejarte estrenar mi ropa.
He descubierto lo que es la tristeza al alejarme de ti, aunque sea por un segundo, ese segundo que se hace el más largo de mi vida; lo que es la protección ante cualquier peligro, la complicidad al estar siempre que lo necesito.

Has sido mi primera amiga y mi primera compañera de juegos, mi pilar fundamental, mi motivo, mi hermana.

Dicen que la familia no se escoge, pero tengo claro que si me dieran a elegir te escogería un y mil veces más.

Doy gracias a la vida, al azar, o a quien quiera que sea, por haber puesto en mi vida una hermana como tú, por haberte puesto en mi vida.


 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares