Más que madre, compañera.
‘’Cuando el bebé se acostumbra a la voz de su madre, sabe
distinguirla entre las del resto de mujeres. Es entonces cuando el bebé
reacciona positivamente ante la melodía y el ritmo de una voz concreta. Es
entonces cuando se calma, cuando se excita, cuando se siente en paz y en
compañía, porque la voz de su madre le indica que está allí, a su lado.’’
A mí, no me podría haber tocado una melodía mejor. La
melodía que he seguido hasta ahora se ha convertido en lo más importante de mi
vida, porque tras interiorizarla, me ha convertido en lo que soy. A través de
esa voz he aprendido los valores más esenciales, las actitudes más
recomendables, las palabras más justas. Esa voz ha sido mi hogar y mi mejor
escuela.
Esa voz tiene dueña, y es mi madre.
No obstante, esa voz sólo ha sido recurso e instrumento del
“mucho más” al que me estoy refiriendo. Con mi madre he aprendido que la
melodía más bonita es la que uno mismo
desea como voz. He entendido que en nuestro camino, no importan los sucesos,
pues lo esencial es la actitud. Mi madre ha sido la caja del tesoro que yo he
tenido la oportunidad de encontrar, pues recoge los conocimientos y valores
aprendidos tras las experiencias de toda una vida.
Ella no la ha visto pasar, sino que ha pasado por ella,
modificándola según sus límites y posibilidades. Ha puesto sonrisas donde había
lágrimas, ha puesto amor en momentos de desesperación, calma en el caos,
paciencia en la espera, pasión en las historias imposibles y, entre tantas
otras muchas cosas, me puso a mí, donde quizás nunca hubiera existido nada.
Sin ella, no sería quien soy, puesto que ella me ha dado
todas las oportunidades de las que he disfrutado para poder llegar a este punto
que, por cierto, es al mejor punto al que he llegado nunca.
Es increíble cómo se ha ido adaptando a mis cambios y,
momento a momento, ha ido ella cambiando también.
Lo sorprendente es que, si así lo ha hecho, ha sido por la
fuerza interior que la empujaba por dentro, con una mezcla de cariño y buenas
intenciones.
Mis palabras de agradecimiento incondicional podrían nunca
tener fin, pero es sencillo… gracias por ser tú. Gracias por tus esfuerzos sin
un manual de instrucciones. Gracias por los errores que cometes y con los que
luego aprendes. Gracias por mi padre, por elegirlo a él, por ser la pareja que
algún día me gustaría a mí reflejar a mis hijos.
Gracias por todas esas cosas que no se pueden agradecer con
palabras.
Que bonitas palabras hacia tu madre!! Me ha encantado el post. Un beso guapisima!!
ResponderEliminarNecesito un click en la palabra roja del post porfi. Gracias!!
NOE CARO
¿Qué palabra roja? Un besito guapa
EliminarMuchas gracias niña preciosa!!!!
ResponderEliminarGracias a ti. Te quiero mamá.
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