Surfear por las curvas de su costado.

Fui barco de papel en un charco de agua
queriendo surfear por las curvas de su costado,
y ella no era menos que el Titanic, hundiéndose
y luchando para salir de la tempestad.

Movía las caderas al ritmo de las olas del mar
y con qué frenesí le acariciaba la espuma lo más alto de su cuello
llevándose todos y cada uno de sus gemidos con ella.

Pude darme cuenta de cómo la luz hacía de cortina a su mirada
y a través de ella se podía observar la mar reflejada en sus pupilas.

Pero igual que nadie puede culpar al mar de sus naufragios,
yo no podía culparla de querer navegar por el borde de su ombligo
llamando desliz a cada intento en vano de bajarle las bragas,
y surcar los mares dentro de ellas.

Y qué ruina la mía, describir como sexo su sonrisa,
y qué desastre perderme mar adentro siguiendo las huellas de sus pies
en vez de fiarme del mapa que se podía leer en braille en los lunares de su espalda.
Qué caos ser tan solo un barco de papel,
para surcar las comisuras de sus labios.


-CP




























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